La línea a seguir por Everspace como videojuego es muy clara: el jugador tendrá que ir superando con su nave espacial una serie de escenarios más o menos abiertos -como si se tratasen de mazmorras, para que os hagáis una idea-, en los que deberemos cumplir determinadas misiones y objetivos. Desde recolectar combustible o aniquilar rivales, pasando por explorar ruinas mineras o estaciones espaciales. Tendremos cierta manga ancha para dirigirnos a según qué sitios y lugares del mapa, pues estos escenarios son relativamente grandes y llenos de secretos y materiales que descubrir y recolectar.

No obstante, ROCKFISH Games ha querido que lo imprevisible sea una constante en nuestro periplo galáctico. En Everspace tendremos que ir dando saltos espaciales de un sitio a otro, descubriendo una ruta de escenarios y sectores que se irá generando de forma aleatoria partida tras partida. Cada paso que demos será más difícil que el anterior, y nos obligará a pertrecharnos y configurar nuestra nave para evitar caer ante las hordas de enemigos o la mismísima falta de combustible, por poner un ejemplo. Everspace se siente como un videojuego de rol en estas lindes, y si bien no seremos un mago, un caballero o una arquero, tendremos una nave básica que podemos ir mejorando paulatinamente.

Con cada enemigo abatido y cada botín encontrado entre ruinas, asteroides o estaciones espaciales derruidas, tendremos un conjunto de materiales con los que podemos reparar, mejorar nuestro equipo o armamento o incluso, construir y diseñar nuevos elementos. No encontraremos opciones de crafteo muy complejas, pero sí lo suficientemente interesantes como para que nos tomemos en serio esta faceta, ya que tanto el combate como la exploración estarán a la orden del día y será vitales dominarlas con soltura para evitar mayores quebraderos de cabeza conforme vayamos avanzando en el juego. Porque si hay algo a tener en cuenta en Everspace, es que vamos a morir una y otra vez de las más variadas formas y maneras posibles.

ROCKFISH Games ha sabido convertir la muerte en una parte esencial del planteamiento del título y en todo un pretexto argumental. En el videojuego encarnaremos a un piloto que consigue escaparse de unas instalaciones, y que como si un personaje de La Isla de Michael Bay o de la Moon de Duncan Jones se tratase, se ve condenado a vagar por un universo aún más atroz que el que conocía dentro de los barrotes y la seguridad de su estación. ¿El objetivo? Huir y llegar lo más lejos posible. Obviamente, y esto no es ningún tipo de destripe, acabaremos muriendo al poco tiempo… Y encarnando a nuestro propio clon en un bucle existencial que nos llevará a repetir el mismo ciclo de fuga, exploración y muerte hasta el final.

Esta curiosa mezcla de ideas entre Dark Souls -en el que la muerte es un leitmotiv- y el film Al filo del mañana, confluye a la perfección cuando nos damos cuenta de que cada partida es una aventura distinta, y que pese a que el juego intentará sorprendernos constantemente, el bagaje en intentos anteriores y nuestras propias modificaciones y provisiones serán el elemento diferenciador en cada aventura o partida.

Creednos: Everspace es tremendamente divertido cuando sube sus dosis de acción. Su combate es muy fluido, directo y frenético, sintiéndose tan arcade que a los pocos minutos nos haremos rápidamente con el mando de la nave -hay varios tipos de vehículos espaciales, cada una con sus propias características que como os hemos relatado pueden ser modificadas a placer-, inmiscuyéndonos en auténticas persecuciones contra los saqueadores y carroñeros que habitan en las inmediaciones de los tesoros en algunos de los niveles. Como si de un capítulo de Star Trek se tratase -o mejor, de Babylon 5- deberemos desactivar y perforar los escudos de los rivales con láseres, para luego perforar su casco con otras armas más contundentes. De esta forma, ROCKFISH Games consigue que cada combate sea un verdadero reto, y que nunca estemos seguros al cien por cien de salir victoriosos a las primeras de cambio. Como os relatábamos, la experiencia en el intercambio de tiros también será un grado, pero estas espectaculares dogfight pueden resolverse de cualquier manera en parte por lo azaroso de los encuentros.